La serpiente no tiene vida… y sin plazo para que el gran rugir la reviva. Nunca antes al menos en una década la categoría reina del automovilismo mundial había creado tantas expectativas cualitativas, gracias a la presencia de un inusual número de pilotos con capacidad para voltear la torta o cuando menos hacerse sentir en los podios.
Sin duda alguna, el coronavirus que hoy afecta todo el entretenimiento y cotidianidad mundial, ha chocado el inicio de una temporada que promete gran frenesí. Y es que la Fórmula 1 ha logrado insertar una pléyade de connotados corredores que en sólo dos años pasaron a convertirse en puros estelares en la serpiente asfáltica, dejando atrás la lucha de sólo 2-3 pilotos grandes en distintos momentos de los años recientes.
La mayor vitrina de la aceleración muestra hoy día que la época en que no sonaban más que los nombres de Lewis Hamilton, Fernando Alonso, Sebastián Vettel, Jenson Button, Nico Rosberg y Kimi Raikkonen, entre otros, en tiempos separados, ha pasado a convertirse en una parrilla de abundante talento en la línea de mando.
La Fórmula 1 se da el excepcional lujo de que al menos cinco pilotos en un mismo Mundial pueden atraer la vista de los fanáticos, con Hamilton (Mercedes), Vettel (Ferrari), Valtteri Bottas (Mercedes), Charles Leclerc (Ferrari) y Max Verstappen (Red Bull), en una loca carrera que puede impactar un deporte que ha parecido “muy previsible” en tiempos pasados.
El gran plato actual lo ponen la sagacidad e instinto del monegasco Leclerc y el neerlandés (nacido en Bélgica) Verstappen, sin dejar de lado al bien probado talentoso finlandés Bottas. Ese trío ha dejado claro que todo puede suceder, siempre que puedan contar con bólidos eficientes en rendimiento.
Y todo a pesar de que el gran favorito en cada cita será mayormente el inglés Hamilton, con un Leclerc, de 22 años, que se ha erigido como el de más rápido crecimiento (2 victorias, 7 podios en 2019), lo que comenzó a mostrar con buenos resultados en 2018, en gran parte por una buena combinación de velocidad-osadía en los grandes retos.
Mayor precisión
El ya hexa campeón esta vez tendrá que acelerar con mayor precisión y paralelo a su osado estilo de conducción temeraria, contra un joven que ha quitado el gran protagonismo que por varios años tuvo el alemán Vettel (cuatro títulos), creando un dolor de cabeza a Ferrari a la hora de decidir a quién priorizar en carreras donde ambos se disputen la hegemonía.
El propio Vettel llegará al Mundial de una temporada anterior que le hizo perder la confianza como líder del caballo rampante. Pero vuelve con fuerza en pos de destronar del título al excelso Hamilton. Y él sabe cómo: sus campeonatos fueron consecutivos (2010-2013), gracias a que siempre saca provecho como pocos a un monoplaza eficiente, y Ferrari se le ofrece para este año con mejoras en la potencia (mejoraron medio segundo por vuelta).
En cuanto a Bottas, trae a 2020 el gran recuerdo de su excelente temporada pasada, como el mayor rival de su compañero Hamilton en la lucha por el título (2º puesto en la tabla final). Arrastra un palmarés de 7 victorias, 45 podios, 11 poles, 13 vueltas rápidas.
Verstappen (22 años), quien se ha ganado el mote del “nuevo Ayrton Senna”, como corredor que pisa con todo y sin miramientos ante los mayores riesgos, con talento de sobra en espacios reducidos; sumando 8 victorias en sólo cinco años, 30 podios, 7 vueltas rápidas. Viene de su gran año (2019): tercer lugar, con tres victorias y ocho podios.
Tanto el neerlandés como Leclerc están llamados a convertirse en los nuevos protagonistas a partir de que Hamilton y Mercedes cedan por desgaste y avance de los motores rivales, con un Red Bull que puede competir en potencia y fiabilidad.
Otro que igual pondría parte del sazón a la próxima campaña es el australiano Daniel Ricciardo, quien mostró en el pasado reciente que si cuenta con buen monoplaza puede hacer daño. Necesitará mucho esfuerzo de su escudería Renault, con potencia muy desigual en relación al resto y ni decir de la cuestionable fiabilidad.