Mientras las principales ligas deportivas del mundo comienzan a asimilar la idea de que en el corto plazo no es viable retomar la actividad con los estadios abiertos al público, los organizadores del Tour de Francia han decidido moverse en sentido contrario a las recomendaciones de las autoridades de salud y han anunciado que aplazarán la emblemática competencia un par de meses en una postura que luce arriesgada ante la magnitud de la pandemia por el coronavirus.
La médica Devi Sridhar, catedrática de Salud Pública de la Universidad de Edimburgo y asesora principal del gobierno escocés sobre el COVID-19 describió el plan como una “receta para el desastre” en entrevista para el portal Cyclingnews.
“Lo más sensato es cancelar este año”, dijo Sridhar. “Es una decisión dolorosa pero no tienen otra opción”, enfatizó.
El Tour fue trasladado de su fecha de inicio original a finales de junio al 29 de agosto en la ciudad de Niza, respetando la ruta original.
“Este es un problema a largo plazo, un problema crónico”, dijo Sridhar. “Este virus está aquí para quedarse y volverá. Incluso si Francia lo controla en agosto, entonces por supuesto el problema será la gente que viene de diferentes países”, explicó.
Sridhar señaló una serie de riesgos potenciales, que podrían incluso llevar a que el Tour se detuviera si se produjera un brote dentro del convoy de la carrera. “Definitivamente existe el riesgo de que el Tour de Francia se mueva y que sin querer se propague el virus pueda iniciar un nuevo brote”, aseguró.
