El rival del equipo vasco en la final del próximo 18 de abril en el estadio de La Cartuja de Sevilla saldrá del partido que enfrentará el jueves al Granada con el Athletic de Bilbao, que ganó 1-0 en la ida en San Mamés
La Real Sociedad jugará 32 años después una final de Copa del Rey, tras imponerse 1-0 este miércoles en el campo del Mirandés, último superviviente de la segunda división, en la vuelta de las semifinales del torneo del KO.
Mikel Oyarzabal marcó de penal (41) el tanto que dio a la Real Sociedad, que ya se había impuesto en la ida por 2-1, el pase para su primera final copera, desde la que perdió ante el Barcelona (1-0) en 1988.
“El partido ha ido por donde nosotros hemos querido”, dijo tras el encuentro un emocionado Imanol Aguacil, técnico de la Real Sociedad, afirmando que “es complicado decir con palabras como se siente uno” tras llegar a la final.
El rival del equipo vasco en la final del próximo 18 de abril en el estadio de La Cartuja de Sevilla saldrá del partido que enfrentará el jueves al Granada con el Athletic de Bilbao, que ganó 1-0 en la ida en San Mamés.
“Prefiero el Athletic (en la final) porque creo que sería bonito para Euskadi”, afirmó Alguacil, pensando en una final vasca de Copa del Rey.
La Real Sociedad dominó a un Mirandés que no pudo alcanzar la que hubiera sido la primera final de su historia, quedándose por segunda vez a sus puertas.
Avisó pronto la Real con un cabezazo de Adnan Januzaj que se fue fuera por poco (7).
El internacional belga fue un quebradero de cabeza para los locales con sus rápidas entradas por la banda derecha, desde donde, en la segunda parte se sacó un disparo que repelió el larguero (46).
Ahogados por la fuerte presión adelantada visitante, el Mirandés optó por buscar sus opciones con balones largos buscando delante al brasileño Matheus.
El equipo local, matagigantes de la competición tras llegar a semifinales eliminando a Celta, Sevilla y Villarreal, sufría para llegar a los dominios del portero Alejandro Remiro, que apenas tuvo trabajo.
– Penal decisivo –
Mientras su homólogo local, Jesús Reguillos ‘Limones’ despejaba con dificultad un disparo desde la frontal del brasileño Willian José (26).
Fue la mejor ocasión visitante en la primera parte hasta que cerca del descanso el mediocentro francés Mickael Malsa desvió con la mano en el área un centro de Joseba Zaldua, en una acción castigada con penal.
“En un partido que no estaban pasando muchas cosas, la jugada del penalti es clave porque de irte con 0-0 al descanso, en la segunda parte habrían jugado con ese miedo de un gol nos echan, ese gol (de penal) les ha dado la tranquilidad para jugar”, explicó el técnico del Mirandés, Andoni Iraola.