A distancia, Brad Keselowski festejó su primera pole position de la temporada, y quizás la más memorable de su carrera.
Tras una espera de casi una hora, el jueves por la noche, el piloto del equipo Penske observó la manera en que el jefe de anotaciones de la NASCAR Kyle McKinney extrajo finalmente una pelota con el número uno en un sorteo.
Con ello, el campeón de la serie en 2012 obtuvo la primera posición de largada para el domingo, cuando la temporada se reanudará en el Darlington Raceway.
Se le unirá en la primera hilera de la parrilla Alex Bowman de Hendrick Motorsports. Matt DiBenedetto, Kyle Busch y Aric Almirola completan las cinco primeras posiciones de salida.
Para algunos, el sistema modificado de la NASCAR funcionó a la perfección. Keselowski, ganador de la carrera Southern 500 en 2018, saltó del décimo puesto en el campeonato al primero en la parrilla de 36 bólidos.
Para otros, como el líder por puntos Kevin Harvick, las cosas no resultaron tan bien. El piloto de Stewart-Haas Racing arrancará desde el sexto sitio.
Más allá de la suerte que deparara la rifa, no había nada que los pilotos pudieran hacer, salvo esperar.
Los organizadores de la serie dividieron a los pilotos en tres grupos de 12 integrantes, con base en sus puntos. Fueron llenando mediante sorteo los lugares, del primero al duodécimo, del 13o al 24to y del 25to al 36to.
Ahora, sin pruebas de clasificación, prácticas ni espectadores, los autos competirán en una de las pistas más prestigiosas de la NASCAR, por primera vez desde marzo.
La mayoría de los pilotos ha pasado su tiempo, particularmente el último par de semanas, usando simuladores a fin de prepararse.
“Para ser sincero con ustedes, en cierta forma me sentí mal por todo esto”, dijo Clint Bowyer al público en la televisión, antes de obtener el 13er puesto en la salida. “Así que he trabajado en cosas como la entrada al carril de pits, algo que es muy difícil en esta pista”.
