Michael Jordan es el jugador más importante en la historia del baloncesto. Dentro y fuera de la cancha.
Conocen ambas historias: la del escolta que ganó tres anillos, se retiró para ser beisbolista, volvió para ganar otros tres títulos, se retiró de nuevo y regresó para ponerse la camiseta de los Washington Wizards; y la de la estrella mediática, el hombre que cambió el patrocinio deportivo y al que Nike hizo santo y seña de su marca, globalizando una cara, un número y un nombre que a día de hoy ha convertido a Jordan en el empresario multimillonario que es.
Y como buen multimillonario, tiene que lidiar con competidores. No sólo en la NBA, donde manda en los Charlotte Hornets, también fuera de ella, donde intenta manejar el imperio de ‘Jordan Brand‘, una de las categorías en las que se dividen los productos de Nike, que junto a sus otras ganancias dentro y fuera del baloncesto le ha hecho acumular una bolsa de más de dos mil millones de dólares.
Pero en China, Jordan tiene un problema. Si la NBA ya navegaba de forma turbulenta por los mares asiáticos desde la polémica de pretemporada por las declaraciones del general manager de los Houston Rockets sobre las revueltas de Hong Kong, ahora es el ’23’ de los Bulls quien ha tenido dificultades legales en el país chino, aunque en este caso parece que saldrá victorioso.
El ganador de seis anillos de la NBA ha vencido en un juicio por propiedad intelectual a la marca de ropa Qiaodan Sports, a la que Jordan había denunciado hace más de ocho años por apropiación indebida de su nombre, ya que ‘Qiaodan’ parece ser la forma más común de escribir el sonido producido por los caracteres chinos para hacer referencia a ‘Jordan‘. Después de idas y venidas, demandas y contrademandas, la Corte Suprema de China ha fallado a favor del ex jugador, haciendo bueno su argumento de que la empresa asiática se había beneficiado de su nombre y su fama para obtener dinero.
Mientras que en sus inicios no hacía ninguna referencia a Jordan, durante los años 90 y 2000, Qiaodan mostró imágenes de un jugador de baloncesto acompañando a su marca. Un jugador, además, que llevaba el ’23’. Se convirtió, en resumen, en una copia de Jordan Brand. Con la llegada de Yao Ming a la liga norteamericana, la popularidad de la NBA se disparó, y con ella la de Qiaodan Sports, culminada con los Juegos de Pekín en 2008.
El lío llegó cuando Nike quiso aumentar las ventas de sus productos trasladándose al mercado chino. Intentó registrar varios de ellos bajo el nombre de Jordan… Pero sus solicitudes fueron rechazadas. ¿Por qué? Qiaodan ya estaba allí y, según recoge Sports Ilustrated, «las autoridades chinas consideraron que Jordan se podía confundir con Qiaodan«.
Ahí comenzó el duelo legal entre ambas compañías. Juicio que hoy, según las últimas informaciones, se habría decantado del lado de Jordan. Qiaodan tendría que revocar el uso del nombre de Michael, pero no su logo ni su número, circunstancias que están a la espera de más litigios. Quedan por saber las cifras con las que la empresa asiática tendrá que indemnizar a Jordan, pero a buen seguro serán multimillonarias.
