La empresa brasileña SPUNI entabló una demanda judicial contra la FIFA por incumplir un precontrato por la compra de la patente del producto y que está valuada e 40 millones de dólares.
En el 2001, Pablo Silva, fundador de SPUNI, empresa de marketing deportivo, se propuso encontrarle una solución a la reiterada transgresión de no respetar las distancias y dio con la solución del aerosol, luego con los profesionales que encontraran una fórmula que no fuera tóxica, una espuma que se esfumara a los pocos segundos de ser aplicada sobre el césped.
En 2007 le interesó a Julio Grondona, presidente de la federación argentina y el año siguiente debutó en un Chacarita Vs. Los Andes de la liga argentina; de ahí se fue convirtiendo en una constante en todos los torneos de la FIFA, incluyendo la Copa del Mundo.
Una vez fuera Grondona (QEPD) y Josep Blatter, la nueva corriente de poder en la FIFA pasó a utilizar otro spray, a pesar de que un juez de primera instancia de Brasil validó la patente de SPUNI en 44 países y le prohibió a la FIFA la utilización de otro aerosol, pese a lo cual lo empleó en el Mundial 2018.