Este sábado regresó la Bundesliga tras 66 días sin fútbol debido a la pandemia del coronavirus. En el primer encuentro que se realizó, el Borussia Dortmund venció al Schalke 04 y su goleador Erling Haaland marcó el primer gol oficial después de los más de dos meses de inactividad. Lo curioso es que el festejo fue bastante inusual, para no infringir las estrictas medidas de seguridad impuestas por las autoridades competentes.
Corría el minuto 29 cuando el artillero noruego entró por el centro del área grande y a la altura del manchón penal remató un centro con la pierna izquierda, que superó al guardameta y se coló por su lado derecho hasta el fondo de la red.
Inmediatamente después, el goleador fue corriendo hacia la banda, dio un saltito y, en el momento en el que sus compañeros en otra época lo hubieran felicitado, se detuvieron y y se quedaron a tres metros de él, viéndolo como ejecutaba una especie de bailecito suave, moviendo los hombros y la cabeza. Algunos lo imitaron y otros simplemente le aplaudieron, pero nadie lo abrazó ni le dieron la mano.